15 y 16 de junio – Acerca de la construcción de estrategias de intervención

Partimos de trabajar una situación.

Miriam (la trabajadora social de la escuela 23) ha citado reiteradas veces a la Raquel, madre de Santino, que ha faltado muchas veces y no logra integrarse al grupo.
Después de dos meses se encuentra en la puerta del colegio con el Roque, padre de Santino, que desesperadamente le pide ayuda.
Le contó que en la salita del barrio le informaron que los problemas respiratorios que tiene Santino, se deben a que su casa está deteriorada y viven cerca del riachuelo, allí la contaminación en el aire es continua.
La TS de la escuela le pregunto porque no concurrió antes a la escuela a pedir ayuda y Roque le cuenta que su esposa Raquel hace varios años es alcoholica, que intento unirse al grupito de la iglesia pero no tuvo continuidad, ya que sus hijos mas grandes “la llevan de joda los viernes, sábados y domingos”.
Roque está desesperado, agrega que Pepa su hija de 15 años está embarazada y no quiere tener el bebé, y le dijo que llegará hasta las ultimas consecuencias para hacerse un aborto y hasta amenaza con quitarse la vida.

En grupos tatamos de pemsar posibles intervenciones.

Luego de un rato, nos dimos cuenta que era «un  lío», que surgía «de todo» y ganas de hacer todo YA. Entonces volvimos a plantera la necesidad de pensar la intervención desde el marco de una propuesta metodológica.

Luego de escuchar las respuestas, y a partir de una discusión que se dió en un grupo, donde una compañera pensaba que iba a pasar lo peor, y otra que se podía intentar lo mejor, les fui dando tres consignas, de a una:

  1. ¿Qué pasaría con la situación sin nadie interviene?
  2. , ¿Qué sería lo mejor que podría pasar, si se pudiera lleva adelante la mejor intervención?

Luego, a medida que las compartíamos, les pusimos nombre (situación futura, y situación ideal).

Surgió así el

ANÁLISIS DE ESCENARIOS “

Partíamos de analizar un escenario presente (seria la situación como se presenta), luego definíamos como escenario futuro, al escenario que surgiría sin nadie interviniera en la situación.

Luego definíamos el escenario ideal, como si nuestra intervención fuera la” máxima”.

Por ultimo graficábamos la brecha entre el escenario futuro y el escenario ideal y aquí surgiría el escenario posible que es el escenario a construir con nuestra intervención.

El texto que quedó para profundizar lo visto, es “Apuntes sobre ts”, de Nelia Tello (unam), la segunda parte

2 de junio – Perspectiva de género en la intervención

Al ser el día anterior a la marcha #niunamenos, se creyo oportuno trabajar en torno a algunos videos sobre el tema

10mo encuentro (1/6) – Propuesta Metodológica de Intervención

Partimos de recupera la historia de Piki, y dramatizar una escena con diferentes actores que intervenían en la situación y que a pedido del secretario del Juez se reunían:

  • el secretario del juez
  • la referente del centro comunitario donde la mamá de  Piki quiere que haga unos cursos
  • el operador terapéutico de la comunidad donde estuvo
  • un agente de la comisaría
  • la directora de la escuela donde lo quierne enviar a Piki

Luego de la primera dramatización , pensamos que podría aportar unx TS en dicha situación.

De la puesta en común de las dramatizaciones surgió que:

  • no articualban bien
  • es muy dificil que se pongan de acuerdo
  • distintas miradas, distintos intereses
  • diferentes propuestas, ¿habrá propuestas?
  • nadie sabía lo que quería
  • ¿habrá solo opiniones?
  • cada institución estaba por separado

Cuando apareció la TS: propuso escucharlo, y trabajar el vinculo familiar

Luego trabajamos en grupos con la siguiente consigna:

¿que propondrían en esa situación?

Surgieron las siguientes propuestas:

  • una entrevista con Piki (desestructurada para que entre en confianza)
  • observar y analizar el grupo familiar, estudiar el campo familiar para que se sientan contenidos y desde ese punto que puedan, ellos con la ayuda del TS contener al menor en cuestión
  • escuchar a Piki, brindarle opciones
  • establecer vínculo, conocer su historia
  • reconocer la comunidad en la que vive y cuales y quienes lo acompañan, realizar un recorte del problema y del contexto
  • a corto plazo evaluar las posibilidades de reinsertarse socialmente, potenciar lo que el quiera
  • acompañamiento con un grupo de profesionales de una institución en la que no se lo encierre, realizar un seguimiento continuo
  • elevar su autoestima, ver que es lo que él quiere

Luego reflexionábamos que la intervención de un trabajador social se centra en lo metodológico, que lo diferencia de las otras intervenciones. Teoría puesta en un modelo de funcionamiento. Decíamos que no existe una receta de cómo debemos intervenir, pero si algunos pasos a dar que nos encaminan la búsqueda de esas respuesta.

Por último recuperamos el proceso clásico de la intervención

DIAGNOSTICO – PLANIFICACION – EJECUCION – EVALUACION

Pero le agregabamos que este proceso no es lineal, sino que es dialéctico,

El texto a leer fue el primer capítulo del libro de Margarita Rozas Pagana.

9no encuentro (26/5) – Problematicas Sociales Complejas

Trabajamos engrupos a partir de la siguiente noticia del año 2009, del diario Página 12

Sostienen que para llegar a un asalto, antes el Estado estuvo ausente

Lo que Piki venía diciendo

El chico que convocó la atención el lunes por la noche en un asalto con toma de rehenes se negó a declarar ante la jueza. Fue derivado al Instituto Roca, donde permanecerá alojado. Especialistas sostienen que el Estado sólo aparece en su faz punitiva.Por Horacio Cecchi

El lunes por la noche, en Ramona, el único momento en que Piki logró concentrar la atención.

En la mañana, temprano, Piki empezó a dar sus primeros pasos por los pasillos de la Justicia penal. Sobre sus hombros pesaba una calificación cierta, algo ampulosa para tratarse de la primera, pero cierta: privación ilegal de la libertad y uso ilegal de armas. Se sentó ante la jueza de Menores nacional Julia Marano Sanchís. Y se negó a declarar. Hizo uso de su derecho, que los tenía finalmente. No podrá argumentarse, de todos modos, que no habló: al menos hace 19 causas que viene hablando, pidiendo en un reclamo de sordos, porque cada una de esas causas pareciera un llamado desoído. Y justo cuando el Estado se sentó a escucharlo, en su impetuosa irresponsabilidad adolescente Piki se negó a responderle. A la Justicia. A los 16, sabrá lo que hace. Ahora quedó alojado en la institución destinada a menores como él, el Roca, donde deberá aguardar la sustanciación del proceso.

Paradójicamente, desde el lunes a la noche Piki logró –a un costo que no está claro si podrá reflexionar o no– concentrar toda la atención del mundo adulto que pareció faltarle durante sus 15 años anteriores. La noche del asalto con toma de rehenes hubo inmediatamente cámaras, vecinos, rehenes, espectadores, todos atentos a cada uno de sus movimientos. Incluso el Estado estaba allí. En función policial y emergentóloga (también había ambulancias, por las dudas). No podrá decirse que no se lo atendió, aunque quizá, según los especialistas, se esté llegando tarde.

Su padre dijo que “jamás estuvo integrando ninguna banda de nada y no tiene ninguna causa por robo de automotor”, pero “le inventaron porque ya tenían su nombre. Una vez lo detuvieron porque andaba con una pistola de videojuego”. “Es un chico normal, lo que pasa es que el problema de la adicción ha derivado en todo este tipo de cosas. Lo detectamos hace un año y pico, hemos tratado de solucionarlo y ha ido a institutos, pero no hemos tenido una respuesta favorable a esto”, se lamentó.

“Cuando un chico cae es porque cayó la ley, los padres no funcionan como garantes, no les cree –sostuvo la psicoanalista Gabriela Leder Kremer, especialista en infancia y adicciones y directora de la comunidad terapéutica Los Naranjos–. A los padres se les pide que sean garantes y al mismo tiempo el Estado a esos padres les cierra la puerta como adultos. Si el chico está fuera de la escuela, si la madre está fuera de la rueda productiva, si el padre no está o está sin trabajo, si el hermano no está o está preso, si están enfermos o no hay techo, o los están por desalojar, al final de cuentas el paco se encuentra con un nene que está dispuesto a estar anestesiado. Los adultos estamos metiendo a los chicos en el paco y ahora tenemos que sacarlos, no acusarlos. Lo que hay que darles a los padres son herramientas para recuperarse como garantes.”

En la ciudad, 14 defensorías zonales están abiertas para atender los pedidos como los que el padre de Piki lamentó no haber resuelto. Dependen del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del gobierno porteño. La ley 114, considerada de avanzada por los especialistas, es la que lo crea y le da el marco. “La ley es de avanzada, pero el organismo encargado no la pone en práctica. No existe –explica Clarisa Adem, abogada de la Asesoría Tutelar porteña–. Antes de que llegue la Justicia penal hay infinidad de situaciones en las que el Estado está ausente. La ley 114, que es de avanzada, impide a jueces y policías que intervengan antes y ordena que lo haga el Consejo, pero el Consejo no hace nada o demora un mes cuando de una Defensoría le piden recursos por el pedido de un padre.”

“Dónde va a pedir ayuda un padre –preguntó Adem–. El 80 por ciento del presupuesto del Consejo está destinado a instituciones de internación y el resto a los operadores en la calle, cuando hacen falta más operadores porque son los que están más cerca. De los 33 hospitales públicos porteños, sólo dos tratan adicciones y, entre los dos, hasta hace poco tiempo solamente se juntaban cuatro camas destinadas a desintoxicación en toda la ciudad. No es un problema de costos, sino de prioridades políticas. En un gobierno como el de Macri, la prioridad es la tercerización porque es negocio.”

La consigna fue: ¿qué problemas sociales visibilizan en esta situación?

De lo compartido surgía que no necesariamente se podia pensar en UN problema social. Reflexionábamos luego sobre qué definición de Problema Social está detras de cada una de estas elecciones. Retomamos también la discusión y la reflexión histórica que tuvimos encuentros anteriores, y relacionábamos el modelo de estado de bienestar con la definición de Cuestión Social, y por ende el concepto de Problema Social. Veíamos que no se ajustaban a esta realidad posterior al neoliberalismo, y que por eso un fenómeno como la exclusión y el propio neoliberalismo necesitaba definirse con otros conceptos.

Surge así la Nueva cuestión social, que incorpora la exclusión de los sujetos con un producto del proceso de implantación del neoliberalismo, con toda la transformación social que trajo aparejada. En ese contexto ya no se habla de Estado de Bienestar, sino que se lo desarticula y se pretende un Estado Mínimo. El Estado se retira, se produce una ausencia, deja de tener facultades de regular y de garantizar derechos.

Volviendo a la noticia sobre Piki, y poniéndola en este contexto social e histórico, veíamos que en esta situación no hay un único problema, y no lo podemos encarar desde una sola mirada, retomámos el concepto de Alfredo Carballeda de Problemáticas sociales complejas, que creemos superador del de Problemas Sociales, por lo menos en lo referente a la intervención.

A partir de las respuestas, fuimos observando como la simple definición de problema social, no nos alcanza para abarcar toda la situación. Si afirmamos que los conceptos teóricos son herramientas para poder ver y analizar la realidad, que nos sirven en alguna medida de “anteojos”, nos estamos perdiendo de visualizar la totalidad de la situación.

Decíamos que por un lado no hay un solo problema, y por otro, esos problemas son productos directos de una realidad social de fragmentación y exclusión, lo que les da una característica propia a cada uno. Entonces tomamos un concepto planteado por Alfredo Carballeda, el de Problemáticas Sociales Complejas. El mismo no alude a un conjunto de muchos problemas juntos, sino a una situación en la cual dichos problemas se cruzan, y relacionan entre si  al punto de no poder aislar a ninguno ni entre ellos ni de las causas que les dan origen, dando lugar a una serie de situaciones producto de la llamada Nueva Cuestión Social.

Hacíamos un paralelo también entre el proceso de fragmentación que sufren los sujetos, con el proceso que se dió con las instituciones del estado. Para ello  retomábamos el concepto de Ignacio Lewkowicz, del desfondamiento de las instituciones, que da cuenta como las instituciones no contienen a los sujetos (vimos de nuevo el ejemplo de la caja de cartón de un supermercado).Y también el concepto de la ruptura de la solidaridad sistémica (entre instituciones), cuando se rompen los lazos solidarios y de cooperación entre las instituciones, y por ejemplo, la escuela secundaria no “espera” al sujeto proveniente de la primaria, sino que se queja de ellos.

Como texto para profundizar lo visto queda

Carballeda, Alfredo. “Problemáticas sociales complejas y políticas públicas.”

8vo encuentro –