Trabajamos primero en grupos, a partir del siguiente texto con definiciones de Problema Social:
DIFERENTES DEFINICIONES DE PROBLEMA SOCIAL:
García Salord sostiene que todo campo profesional se estructura en relación con ciertos imperativos sociales (demanda social) que plantean como necesario un tipo de práctica determinada. Estos imperativos sociales se estructuran a partir de los obstáculos que surgen en el proceso de producción y reproducción de la vida social, derivados de las contradicciones estructurales que caracterizan a cada sociedad y que se expresan como “problemas sociales”.
El problema social se constituye en objeto de intervención de la practica profesional del trabajador social, previo análisis y delimitación del aspecto o aspectos de ese problema sobre los que se habrá de intervenir. Caracterizar el problema social significa “presentar información acerca de la problemática (datos acerca del fenómeno real y concreto), explicar categorías conceptuales utilizadas y establecer relaciones entre dichos conceptos: como se construye esa problemática como objeto de conocimiento, como se entiende y conceptúa”.
Margarita Rozas sostiene que los “problemas sociales” son “fragmentaciones de la cuestión social, términos en los cuales se instituye lo social como instancia pública de la acción social del Estado”, siendo el Estado capitalista el que, en cada momento histórico, define, jerarquiza, clasifica y fragmenta la cuestión social como problemas sociales. Rozas entiende la cuestión social como originada y emergente de la relación contradictoria entre capital-trabajo, cuando las clases sociales hacen su aparición en el escenario socio-político y cuando la clase trabajadora se evidencia como actor político y social. Agrega la autora que la cuestión social se manifiesta en el despliegue de un conjunto de desigualdades cruzadas por aspectos políticos, económicos, raciales y culturales.
Para José Paulo Netto, la intervención estatal sobre la “cuestión social” se ha realizado fragmentándola y parcializándola. Dice el autor que tomar la cuestión social como problemática configuradora de una totalidad es remitirla concretamente a la relación capital-trabajo, lo que significa colocar en jaque el orden burgués. Agrega Netto que la política social se constituye entonces en políticas sociales, derivadas de la capacidad de movilización y organización de la clase obrera y del conjunto de los trabajadores, a la que el Estado responde con anticipaciones estratégicas. Las secuelas de la “cuestión social” son recortadas como problemáticas particulares (desempleo, hambre, carencia habitacional, accidente de trabajo, falta de escuelas, incapacidad física, etc.), en la perspectiva de promover la reducción de las disfuncionalidades. Para Netto, la “cuestión social” es atacada en sus refracciones, en sus secuelas cuya naturaleza totalizante, si es asumida consecuentemente, impediría la intervención; se categorizan los problemas sociales, con la consecuente atomización de las demandas.
Ander-Egg define el problema social como “situación social de desequilibrio, desajuste, desorganización o falta de armonía, o situación normal que, en su proceso de crecimiento, enfrenta a una crisis que obliga a una reformulación radical. Los problemas sociales son los que constituyen las cuestiones inquietantes que se dan en el seno de una sociedad y en relación a los cuales se tiene conciencia de la necesidad de encontrarles soluciones”.
Amadasi y Pantano definen el problema social como “una discrepancia significativa entre la realidad y un estándar deseable”, es decir entre la realidad de las cosas tal cual son y el plano de la deseabilidad, del ideal, del deber ser, y su grado de desajuste. Para estos autores, esta relación no se refiere a situaciones meramente globales, sino a dimensiones especificas, ejemplificables en cuestiones tales como la salud, la vivienda, la educación, el empleo, etc.
Liliana Pantano cita la definición de Paul B. Horton y Gerald R. Leslie, quienes dicen que “los problemas sociales constituyen una condición que afecta a un numero importante de personas, de modo considerado inconveniente y que, según se cree, debe corregirse mediante la acción social colectiva”. A continuación, la autora realiza un análisis de la definición: “Los problemas sociales son…
- una condición. Es decir reconocen un origen social; implican situaciones creadas por el hombre, o que él puede modificar, excluyendo así lo natural o sobrenatural, y poseen cierto grado de permanencia.
- que afecta a un número importante de personas. Se destaca aquí la magnitud cualitativa y cuantitativa del problema. Cualitativamente: C Wrigth Mills hace una diferenciación entre las “inquietudes” y los “problemas” de una sociedad. En el primer caso se trata de un asunto privado donde se ve amenazado un valor amado por un individuo; en el segundo, un valor amado por la gente. Para Wrigth Mills, “los problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior … Un problema es un asunto publico”. A pesar de las cifras, lo que realmente interesa no es tanto “cuántos son” sino que se ve amenazado aquello que es relevante para una comunidad: la dignidad de que debe gozar el ser humano como tal. Esto, sencillamente, justifica encarar la situación aunque el numero de casos no sea alto.
- de modo considerado inconveniente. Todos los problemas no afectan de igual modo a todas las comunidades, ya que una condición, sea o no deseable, depende de los valores aceptados por la población. No obstante, para que se pueda pensar que cierta condición es un problema social, se debe reconocer como socialmente indeseable … debe existir en la sociedad cierto grado de conciencia de que existe una condición no deseada.
- que debe corregirse mediante la acción social colectiva. Este último elemento, esencial de un problema social, según Horton y Leslie es que esa “conciencia de la condición indeseada” se vea acompañada por la idea de que puede y debe hacerse algo -en forma organizada, privada o institucionalmente- para resolverla … El sustrato indiscutido de la acción es la concientizacion. Solamente una conciencia clara del problema puede vislumbrar los recursos necesarios para encarar soluciones eficaces”.
El SIEMPRO (Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales) define el problema social como “una brecha entre el ser y el deber ser de la realidad, que un actor o un conjunto de actores identifica con la intención de transformarla. Se formula a través de un enunciado que expresa la insatisfacción con respecto a su realidad social y la intención de cambiar esa realidad que no satisface”.
La noción de “brecha” también está presente en la definición de problema social que realiza Mario Róvere, quien lo define como “una brecha entre una realidad o un aspecto de la realidad observada y un valor o un deseo de cómo debe ser esa realidad para un determinado observador, sea este individual o colectivo”.
Artlette Pichardo Muñiz puntualiza que conceptualizar el problema es definirlo a partir de una determinada perspectiva de análisis, seleccionando las categorías conceptuales que se usarán para esclarecer el problema de interés. Para la autora, esta perspectiva de análisis dependerá de la interrelación de varios factores: la concepción del mundo, las experiencias previas, la inserción institucional y las características de la institución en que se trabaje.
La consigna fue: ¿Con cual de estas definiciones acuerdan mas y con cuales no acuerdan?. Cada grupo construyó diferentes respuestas
Para profundizar lo que veniamos conversando, les pedi que trabajen en grupos esta situación y traten de ver (según la definición elegida) cual sería el problema social.
siguiente noticia del año 2009, del diario Página 12
Sostienen que para llegar a un asalto, antes el Estado estuvo ausente
El chico que convocó la atención el lunes por la noche en un asalto con toma de rehenes se negó a declarar ante la jueza. Fue derivado al Instituto Roca, donde permanecerá alojado. Especialistas sostienen que el Estado sólo aparece en su faz punitiva.Por Horacio Cecchi
El lunes por la noche, en Ramona, el único momento en que Piki logró concentrar la atención.
En la mañana, temprano, Piki empezó a dar sus primeros pasos por los pasillos de la Justicia penal. Sobre sus hombros pesaba una calificación cierta, algo ampulosa para tratarse de la primera, pero cierta: privación ilegal de la libertad y uso ilegal de armas. Se sentó ante la jueza de Menores nacional Julia Marano Sanchís. Y se negó a declarar. Hizo uso de su derecho, que los tenía finalmente. No podrá argumentarse, de todos modos, que no habló: al menos hace 19 causas que viene hablando, pidiendo en un reclamo de sordos, porque cada una de esas causas pareciera un llamado desoído. Y justo cuando el Estado se sentó a escucharlo, en su impetuosa irresponsabilidad adolescente Piki se negó a responderle. A la Justicia. A los 16, sabrá lo que hace. Ahora quedó alojado en la institución destinada a menores como él, el Roca, donde deberá aguardar la sustanciación del proceso.
Paradójicamente, desde el lunes a la noche Piki logró –a un costo que no está claro si podrá reflexionar o no– concentrar toda la atención del mundo adulto que pareció faltarle durante sus 15 años anteriores. La noche del asalto con toma de rehenes hubo inmediatamente cámaras, vecinos, rehenes, espectadores, todos atentos a cada uno de sus movimientos. Incluso el Estado estaba allí. En función policial y emergentóloga (también había ambulancias, por las dudas). No podrá decirse que no se lo atendió, aunque quizá, según los especialistas, se esté llegando tarde.
Su padre dijo que “jamás estuvo integrando ninguna banda de nada y no tiene ninguna causa por robo de automotor”, pero “le inventaron porque ya tenían su nombre. Una vez lo detuvieron porque andaba con una pistola de videojuego”. “Es un chico normal, lo que pasa es que el problema de la adicción ha derivado en todo este tipo de cosas. Lo detectamos hace un año y pico, hemos tratado de solucionarlo y ha ido a institutos, pero no hemos tenido una respuesta favorable a esto”, se lamentó.
“Cuando un chico cae es porque cayó la ley, los padres no funcionan como garantes, no les cree –sostuvo la psicoanalista Gabriela Leder Kremer, especialista en infancia y adicciones y directora de la comunidad terapéutica Los Naranjos–. A los padres se les pide que sean garantes y al mismo tiempo el Estado a esos padres les cierra la puerta como adultos. Si el chico está fuera de la escuela, si la madre está fuera de la rueda productiva, si el padre no está o está sin trabajo, si el hermano no está o está preso, si están enfermos o no hay techo, o los están por desalojar, al final de cuentas el paco se encuentra con un nene que está dispuesto a estar anestesiado. Los adultos estamos metiendo a los chicos en el paco y ahora tenemos que sacarlos, no acusarlos. Lo que hay que darles a los padres son herramientas para recuperarse como garantes.”
En la ciudad, 14 defensorías zonales están abiertas para atender los pedidos como los que el padre de Piki lamentó no haber resuelto. Dependen del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del gobierno porteño. La ley 114, considerada de avanzada por los especialistas, es la que lo crea y le da el marco. “La ley es de avanzada, pero el organismo encargado no la pone en práctica. No existe –explica Clarisa Adem, abogada de la Asesoría Tutelar porteña–. Antes de que llegue la Justicia penal hay infinidad de situaciones en las que el Estado está ausente. La ley 114, que es de avanzada, impide a jueces y policías que intervengan antes y ordena que lo haga el Consejo, pero el Consejo no hace nada o demora un mes cuando de una Defensoría le piden recursos por el pedido de un padre.”
“Dónde va a pedir ayuda un padre –preguntó Adem–. El 80 por ciento del presupuesto del Consejo está destinado a instituciones de internación y el resto a los operadores en la calle, cuando hacen falta más operadores porque son los que están más cerca. De los 33 hospitales públicos porteños, sólo dos tratan adicciones y, entre los dos, hasta hace poco tiempo solamente se juntaban cuatro camas destinadas a desintoxicación en toda la ciudad. No es un problema de costos, sino de prioridades políticas. En un gobierno como el de Macri, la prioridad es la tercerización porque es negocio.”
Y la consigna fue: ¿qué problemas sociales visibilizan en esta situación?.
Reflexionábamos luego sobre qué definición de Problema Social está detrás de cada una de estas elecciones. Retomamos también la discusión y la reflexión histórica que tuvimos encuentros anteriores, y relacionábamos el modelo de estado de bienestar con la definición de Cuestión Social, y por ende el concepto de Problema Social. Veíamos que no se ajustaban a esta realidad posterior al neoliberalismo, y que por eso un fenómeno como la exclusión y el propio neoliberalismo necesitaba definirse con otros conceptos.
El texto a leer es
Para la próxima el texto es
Carballeda, Alfredo. “Problemáticas sociales complejas y políticas públicas.”
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